✦209: Este es mi sistema para aprender de los libros que leo (y para trabajar con ellos en el día a día)
En un mundo repleto de información siempre disponible, se vuelve imprescindible identificar qué ideas de verdad nos importan, y sobre todo, por qué y cómo se vinculan con nuestro universo creativo.
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Identificar el lugar de cada idea dentro de tu propio universo creativo
Si el siglo pasado evolucionaban los que lograban tener acceso a la información, ahora parece que la evolución depende de reconocer qué es importante, por qué y dónde situarlo en un mapa de ideas más grande.
Este «mapa de ideas más grande» es tu universo creativo: un cosmos con (casi) infinitas ideas interconectadas, interpretadas desde la experiencia de ser tú y susceptibles de convertirse en tus creaciones singulares: desde textos hasta recetas, pasando por fotografías, nuevas combinaciones de tés o sabores para tus flamantes tabletas de chocolates.
Muchas de estas ideas se vuelven conscientes cuando leemos. Pero ¿cómo cazarlas?, ¿cómo evitar que se nos escapen? Y, sobre todo, ¿cómo ubicarlas en el lugar exacto que les corresponde en nuestro cosmos creativo?
LA FRASE
«La búsqueda es la historia de un encuentro, y el encuentro es un vínculo entre el buscador y lo buscado»
DANIEL SOLANA
El libro que lo cambió todo
Si tú y yo ya nos conocíamos en 2017 es muy probable que también leyeras este libro.
Para mí supuso tal revolución, que lo recomendaba, re-recomendaba y regalaba a toda persona que se me acercara en aquella época. Ya fueran mis compis del coworking, las personas que conocía en los eventos (sí, por aquel entonces yo iba a eventos) o mis amigos de toda la vida con los que hablaba por Skype. [Madre mía, mientras escribo esto me pregunto si tú también tienes la impresión de que 2017 pertenece a un pasado situado a mil años luz…]
Bueno, vamos a lo que vamos, el libro en cuestión es Desorden, de Daniel Solana. Y, antes de compartir mi sistema para aprender realmente de los libros que leo, es importante contarte por qué este libro para mí supuso un antes y un después en mi vida.
Leas como leas, aprendas como aprendas, seas como seas, está bien: Haz lo que quieras
A todos nos han enseñado que los libros no se pintan, no se subrayan y no se doblan, ¿no?
Así, es normal que los terminamos tratando como piezas de coleccionista. Muy se mira, pero no se toca.
A mí esto me recuerda a esas casas que parecen sacadas del catálogo de Ikea: preciosas, maravillosas, aesthetic de la muerte pero, ¿ese sofá es pa sentarse o pa subirlo a Pinterest?
En fin, como te contaba, en 2017 descubrí por casualidad Desorden. Un libro con el que me sentí identificada, porque habla de un tipo de inteligencia que no opera desde la lógica lineal y que, sin embargo, se expone como válida y positiva.
Con fascinantes ejemplos se muestra cómo las ideas originales y alineadas con quienes realmente somos no surgen obedeciendo a reglas prediseñadas, sino encontrando (nuestra) manera de pensar, hacer, crear.
Leyendo este libro hice profundos cambios en mi vida. Uno de ellos fue empezar a interactuar con los libros a mi manera.
Para mí, los libros no son piezas de coleccionistas. Para mí los libros son compañeros del Camino creativo. Y con los compañeros se habla, se discute, se reflexiona… A los compañeros se les visita una y otra vez.
Hoy mis libros reflejan esta relación. Ya no se miran pero no se tocan. Ahora muestran signos del paso del tiempo, como tú, como yo, como nuestros compañeros.
Hacer las cosas a tu manera para descubrir cuál es «tu manera»
Y así fue como empezó mi aventura de interactuar con los libros.
Primero, subrayando como quien subraya unos apuntes: con rotuladores fluorescentes bien cargados de color. Casi como si fueran los apuntes del insti 😂.
Pero, poco a poco —muy poco a poco— se fue fraguando un sistema.
No hace mucho que soy consciente de esto. Es decir, nunca decidí crear un sistema para aprender de lo que leo. Simplemente, al interactuar con libertad, fue surgiendo.
Ahora, 8 años después de que empezara a subrayar libros con libertad, me doy cuenta de que, de hecho, tengo un sistema.
Y también me doy cuenta de que quizás te sea útil. No para copiarlo al 100% (o sí, haz lo que quieras 😉), sino quizás para inspirarte a descubrir el tuyo propio:
Un sistema que nace de tu manera única de percibir el mundo y las ideas. Un sistema que te revela qué te importa y por qué. Un sistema que te lleva a tener una biblioteca en la que, cojas el libro que cojas, al abrirlo, te cuente qué tiene para ofrecerte, por qué es importante para ti.
No sé tú, pero para mi esto es un tesoro.
Mi intención es animarte a que te sueltes, pruebes y encuentres tu propio sistema. Podría mostrarte una sola imagen de alguno de los libros que he leído recientemente, para crear la ilusión de un sistema superordenado, cuki y limpio. Pero prefiero mostrarte imágenes de libros que leí en diferentes momentos para que te quedes con una idea esencial:
👉 Llegar a un sistema que refleje tu manera de pensar y te sirva a ti es un proceso de interacción con tu propio imaginario creativo.
Mi sistema paso a paso para aprender de los libros que leo (y para trabajar con ellos en el día a día)
Antes de zambullirnos de lleno en cada elemento, te dejo un esquema general. Como ves, el sistema tiene dos bloques grandes: el libro y la página.
El libro: cómo interactúo con el libro cuando lo recibo
Identificar aromas y colores
Identificar la estructura
Bonus: ser ansias está bien
Las páginas: cómo interactúo con las páginas mientras leo
Identificar temas y autores
Identificar información relevante:
⭐ Estrellas: Ideas que forman parte de mi Discurso Creativo
❗Exclamaciones: Datos o ideas impactantes que me pueden servir para mi trabajo (artículos, conferencias, para ayudar en consultoría o en clase...).
➡️ Flechas: Respaldo teórico para ideas de las que suelo hablar.
💛 Corazones: Por puro amor al arte. Ideas que simplemente me emocionan.
✴️ El libro
En este bloque te cuento qué ocurre cuando me siento por primera vez con un libro en mi despacho. Es como un pequeño ritual de reconocimiento, como una forma de decir «existes, ahora estás aquí y tienes una identidad propia». Muy ontológico, lo sé.
a) Aromas y colores
Lo primero que hago cuando tengo un libro nuevo es abrirlo y olerlo.
El aroma de sus páginas me da una primera información y me ayuda a recordarlo. Sé a qué huele cada uno de mis libros. Y eso, en el día a día me ayuda a recordar en qué libro está la información que busco: Sé qué información necesito y sé «qué color tiene» y «cómo huele» el libro en el que se encuentra.
Esta es la razón por la que ordeno mis libros por colores. A veces olvido el nombre de autores, e incluso el título del libro, pero siempre recuerdo su color, su olor y la imagen de su portada.
Me resulta muy útil para trabajar con mis libros en el día a día.
b) La estructura lo es todo
El segundo paso es identificar cómo la autora o el autor ha estructurado el libro. Esto es importante porque me ayuda a imaginar un orden particular.
Es decir, la información no está volcada de manera tosca y caótica (como esos vídeos horrendos en los que sirven la comida con palas directamente sobre la mesa), sino que está ordenada en una estructura que da forma a un cosmos.
Para mí, la estructura forma parte de la información. Por eso, señalizo los capítulos con marcadores adhesivos en la parte lateral.
Lo de la parte lateral es importante, porque en la parte superior usaré los adhesivos para señalizar páginas que contienen información especialmente importante.
c) Bonus: Ser ansias está bien
Bien, ahora es cuando hago un open the gates a esa curiosidad innata que me puede.
Esto se traduce en empezar el libro por lo que más me interesa: ya sea la página 1, la 17 o la 512. No importa, yo empiezo todos los libros (hablamos de ensayos) por la parte que más me intriga, por lo que «necesito saber».
Y entonces, cuando empieza la lectura, también empieza mi sistema de signos:
✴️ Las páginas
Vaya por delante —debo insistir en esto— que este sistema de signos ha fraguado a lo largo de 8 años: Ni todas las figuras aparecen desde el principio, ni su significado ha estado tan diferenciado siempre. Vamos, que llegar hasta aquí ha sido una aventura.
a) Identificar temas y autores
👉 Para qué sirve: Sea cuando sea que yo vuelva a trabajar con este libro, puedo identificar de un solo vistazo qué temas trata la página y qué autores menciona.
👉 Cómo lo hago: Los temas los redondeo con un óvalo y los autores los subrayo con una olita. Importante: no me pregunto de qué temas habla la página. Es algo automático, solo señalizo los temas que a mí me interesan para mi trabajo.


b) Identificar información relevante
⭐ Estrellas:
👉 Para qué sirven: esta es la máxima importancia que una idea puede tener en mi sistema. Para mí se trata de algo sagrado. Las ideas señalizadas con este signo revelan algo que yo sé de forma intuitiva que forma parte de mi Discurso Creativo (aunque a veces aún no sepa explicar por qué, cómo o dónde encaja).
👉 Cómo lo hago: Mientras leo, cuando me topo con una idea que me despierta esa sensación de «¡esto es lo que llevo creyendo toda mi vida!» o «¡a esto me refiero cuando…!», dibujo una estrella al lado. Ya, llamar estrella a ese garabato es ser muy optimista, pero esto va de interacción y agilidad, no de pretender ser Remedios Varo.

❗ Exclamaciones:
👉 Para qué sirven: hay ideas o datos llamativos que sé que me pueden servir en algún momento para mi trabajo. Si busco datos o ideas de este tipo que aún no he pasado a mi Notion, puedo abrir cualquier libro y buscar signos de exclamación para encontrar lo que busco. Me encanta :)
👉 Cómo lo hago: Mientras leo, cuando me topo con una idea o dato que puede ser impactante e intuyo que me puede servir en algún momento, dibujo un signo de exclamación al lado. Cuanto más grande y llamativo es, más impactante es el dato.

➡️ Flechas:
👉 Para qué sirven: son mi forma de decirle a mi yo del futuro «fíjate en esto». Son ideas de las que suelo hablar, y a veces necesito encontrar respaldo o referencias teóricas. Las flechas me lo señalan.
👉 Cómo lo hago: Mientras leo, simplemente dibujo una flecha en el margen para «avisarme» de que ahí hay chicha.

💛 Corazones:
👉 Para qué sirven: Esta señal existe en mi sistema por puro amor al arte. Simplemente, señalizo ideas que me emocionan.
👉 Cómo lo hago: Ya tú sabes.

¿Vamos a por un pequeño resumen?
Resumiendo:
Haz las cosas a tu manera para descubrir cuál es tu manera: Encontrar tu propio sistema para aprender de los libros que lees y trabajar con ellos en tu día a día es un proceso. No temas el caos inicial. Tu sistema se está fraguando aunque al principio no lo parezca.
Interactúa con los libros a tu manera. Para mí los libros NO son piezas de coleccionista, sino compañeros del Camino Creativo. Por eso NO los tengo en una vitrina de exposición, sino que «converso» con ellos.
Mi sistema interactúa con el libro cuando lo recibo (color de la portada, aroma interior y estructura del contenido) y con la página mientras leo (⭐ Estrellas: Ideas que forman parte de mi Discurso Creativo |❗Exclamaciones: Datos o ideas impactantes que me pueden servir para mi trabajo | ➡️ Flechas: Respaldo teórico para ideas de las que suelo hablar. | 💛 Corazones: Ideas que simplemente me emocionan.).
Bueno, y hasta aquí la que posiblemente sea la Pepaletter más larga de la historia.
Espero de corazón que te sirva. No tanto para replicar mi sistema (que también, si lo deseas), sino para animarte a descubrir el tuyo propio y descubrir mediante un viaje fascinante:
¿Qué mensajes tienen para ti los libros que llegan a tus manos?
¿Cómo te revelan tus libros las ideas que ya vivían en ti y cómo te muestran otras nuevas?
Descubrir nuestro punto de vista como creadores y llevarlo por bandera mediante nuestra voz es uno de los procesos más apasionantes del Camino Creativo. ¿No te parece?
En cierto modo, desarrollar un sistema propio de lectura es como crear tu propio lenguaje simbólico, una cartografía de tu imaginario creativo que apunta desde el principio —aunque al inicio no lo sepamos— hacia la esencia de nuestro proyecto.
En mi caso, ahora —solo ahora, antes no— me parece evidente usar estrellas y flechas (orientación), corazones (centro) y signos de exclamación (atención).
Pues eso:
El camino sigue. 💛