✦201: Lo que (casi) nadie cuenta sobre la narrativa gastronómica
Encontrando un hilo del que tirar.
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Suena muy guay, pero…
Propósito, valores, creencias, visión… los elementos que componen la narrativa gastronómica de un proyecto siempre llaman la atención.
Quizás intuimos desde el principio que nos aportarán orden, dirección y foco. Y eso da tranquilidad interior y confianza para comunicar nuestras ideas.
Sin embargo, cuando queremos dar forma a estos elementos, la cosa cambia.
Hoy vengo a contarte que no es que no te de pa más. Es que estos elementos no aparecen por arte de magia. Vamos, que sentarte ante la hoja en blanco y abordar tu narrativa gastronómica como si fuera un formulario de Hacienda solo te traerá quebraderos de cabeza.
Pero también puedes empezar desde otro lugar.
LA FRASE
«No existe una única forma de comprensión. Seamos capaces de albergarlas a todas»
NAZARETH CASTELLANOS
¿De dónde brota la narrativa de tu proyecto?
Me gusta pensar en la noción de narrativa gastronómica como la forma en la que interpretamos, experimentamos y contamos nuestra relación con los alimentos (que va mucho más allá del simple acto de comer).
La narrativa gastronómica personal es fluida y se transforma con nuestras experiencias, viajes, cambios de circunstancias y etapas de vida. Es una historia en constante evolución que refleja nuestra relación con nosotros mismos, nuestra familia, nuestra cultura y el mundo en general.
La narrativa gastronómica personal a menudo se convierte en el fundamento de proyectos gastronómicos profesionales. De este modo, actúa como una fuerza impulsora que da autenticidad y propósito al trabajo, así como una conexión significativa con audiencias y clientes.
Objetivo: identificar lo personal para comprender lo universal
Muchas personas piensan que trabajar la historia personal no tiene más sentido que mirarse el ombligo. Y nada más lejos de la realidad:
Trabajar nuestra historia personal nos ayuda a dar significado a nuestras experiencias y descubrir qué podemos aprender de ellas. Nos revela qué nos importa y cómo se conectan nuestros gustos, sueños y heridas con las de otras personas.
Trabajar nuestra historia personal nos muestra una de las paradojas más bellas de la vida: somos únicos, igual que todos los demás.
Y es que, si nos detenemos a cultivar nuestra historia, nos daremos cuenta de que en todas nuestras vivencias –y, sobre todo, en las que más nos marcan– se encuentra un tesoro en forma de discurso creativo capaz de señalar nuestro norte y de tejer conexiones significativas con personas afines.
¿Toda narrativa gastronómica profesional debe hundir sus raíces en una narrativa gastronómica profesional?
No. Existen muchas otras maneras de abordar la narrativa gastronómica profesional.
Sin embargo, desde mi experiencia profesional , explorar la narrativa gastronómica personal con el objetivo de tamizarla y encontrar qué temáticas significativas contiene, es un camino directo hacia la visión, los valores y las creencias que sustentarán un proyecto gastronómico creativo y/o profesional que se siente honesto, real.
El sentido último de explorar la narrativa gastronómica personal es poder formular un discurso coherente, sólido y significativo que funciona como elemento unificador de todo aquello que nos importa. Por eso, es capaz de dar dirección interior y conexión con el exterior. Y este proceso es un proceso de autodescubrimiento.
¿Vamos con unos ejemplos inspiradores de creativos gastronómicos que han seguido este camino?
Transformando la narrativa gastronómica personal en una narrativa gastronómica profesional: 3 historias inspiradoras
Nadiya Hussain
La narrativa gastronómica personal de Nadiya Hussain —su uso de la cocina como refugio contra la ansiedad, su identidad multicultural y su búsqueda de identidad más allá de sus roles familiares— se transformó en un poderoso discurso profesional donde la vulnerabilidad se convirtió en autenticidad, las limitaciones en fortalezas y las recetas en puentes culturales. Su éxito radica en haber convertido su historia íntima de superación en una propuesta universal: la cocina como vehículo de transformación personal accesible para todos.
Alia Ali
El viaje gastronómico de Alia Ali evolucionó desde su fascinación por el kerabu kacang botol hasta ver recetas como «ventanas a otras vidas». Tras su divorcio, transformó estas experiencias en propósito profesional al vivir en comunidad, donde cocinar se convirtió en su principal contribución. Hoy documenta tradiciones culinarias amenazadas y conexiones entre platos como el singgang malayo y el sinigang filipino. Su narrativa no romantiza la comida sino que la utiliza como herramienta práctica para el cuidado comunitario y la preservación cultural, desafiando fronteras coloniales con la premisa de que antes de ellas «todos hacíamos conexiones orgánicas».
Carlo Petrini
Lo fascinante del discurso de Carlo Petrini es cómo transforma una experiencia personal (la indignación ante un McDonald's en Roma) en un movimiento global al conectar con preocupaciones universales como la pérdida de identidad cultural, la degradación medioambiental, la desigualdad en el acceso a alimentos de calidad, la desconexión entre productores y consumidores. Su discurso ha conseguido resignificar términos como «calidad», «tradición» y «placer» para integrarlos en una visión holística donde lo bueno, lo limpio y lo justo son dimensiones inseparables de nuestra relación con los alimentos.
Cultivar tu historia puede cambiarlo todo
La clave de este proceso es encontrar un hilo del que tirar. A veces, ese hilo es una experiencia difícil; otras, la fascinación por un plato, una filosofía alimentaria, una corriente estética, un alimento o tradición…; a veces es un momento de cabreo ante una situación injusta o inadmisible; otras la experiencia del cuidado, del amor o la necesidad de aventura… Y otras veces, la vida nos pone entre la espada y la pared y, todo lo que habíamos planeado se va al traste y nos obliga a «recalcular ruta», como diría Siri.
¿Cuál de todos estos posibles acontecimientos en nuestra vida despunta un hilo que nos muestra nuestra trama creativa?
Eso, solo lo averiguará quien pase a la acción: quien se entregue al viaje de descubrir cuál es esa historia capaz de dar guía interior y conexión exterior.
El camino sigue. 💛
Hola Pepa, un gusto leerte siempre. Inevitablemente, lo personal, experiencias, sensaciones, emociones se refleja y conecta en lo profesional. Somos ambas partes y, como dices, en más de una ocasión, el camino de aprendizaje será un descubrir y un avance para encontrar el lugar que buscamos o que proyectamos.Gracias por estas cartas de experiencias y buenos consejos. Un abrazo. Raquel
Gracias, Pepa. Me ha pasado con algo que no es gastronomía, pero me he dado cuenta de que mis sentimientos también los tienen muchísimas más personas. Aunque sabido, no ha dejado de sorprenderme